El especialista se refirió a las "reglas biológicas básicas" que rigen al organismo y la importancia de realizar un "trabajo depurativo profundo". Además sostuvo que no se trata de "ningún ismo de moda", sino de "fisiología pura".
El tema de la “alimentación consciente” viene pisando cada vez más fuerte. Este fin de semana, estará en Mar del Plata el nutricionista naturalista Néstor Palmetti, quién desde hace 20 años se encuentra trabajando en el tema. Si bien prefiere alejarse de las definiciones dogmáticas, Palmetti considera que para llevar una alimentación consciente, lo fundamental es “reconocer las reglas biológicas que rigen al organismo y que comandan su metabolismo, experimentar y chequear las respuestas del mismo cuerpo”.
El referente explica, en una nota con este medio, por qué los seres humanos deberíamos mantener una nutrición frugífora para vivir más y mejor y cuál es la importancia de realizar “un trabajo depurativo profundo”.
– ¿Cuáles son las reglas que hay que tener en cuenta a la hora de una alimentación consciente?
– Tienen que ver con disponibilidad de oxígeno a nivel celular, valores de alcalinidad, calidad enzimática, vibración electromagnética alta e higiene del medio interno. Si uno respeta esos conceptos fundamentales, estará haciendo una nutrición eficiente, regenerativa y vitalizante. No tiene que ver con filosofías o “ismos” de moda. Esto es fisiología pura. Si bien el vegetarianismo es una de las pocas opciones ambientalmente sustentables en el tiempo, cuando hablamos de salud debemos pensar en nuestro diseño biológico frugívoro. Durante 5 millones de años de evolución, debimos adaptarnos a cambios ambientales y sobrevivimos “gracias” a la proteína animal, la cocción y los cereales. Pero en lugar de volver a las fuentes, culturizamos estos hábitos “no fisiológicos” (por razones adictivas) y ahora le sumamos la industrialización alimentaria. Por eso vivimos menos y peor.
– ¿Por qué consumir “alimentos vivos”?
– Es la piedra fundamental de un imprescindible proceso de rectificación para resolver la causa profunda de las mal llamadas “enfermedades”. En realidad el cuerpo no enferma y tiene sólo dos estadios posibles: orden o desorden. Cuando hay orden, ni nos acordamos del cuerpo y todo fluye maravillosamente. Cuando perdemos ese orden y dependiendo de la gravedad del desorden, hablamos de síntomas agudos (gripe), enfermedades crónicas (diabetes) y enfermedades degenerativas (cáncer). Más allá de los rótulos, son simples estadios del desorden biológico. Y si profundizamos, comprendemos que son mecanismos de supervivencia corporal (homeostasis orgánica). Un ejemplo es la hipertensión. El corazón se ve obligado a bombear con más fuerza, no por capricho o error, sino para compensar el espesamiento sanguíneo (ensuciamiento) y poder garantizar la adecuada irrigación. Sin embargo se la considera una enfermedad y se la medica, en lugar de “limpiar” la sangre. Justamente una alimentación basada en vegetales vivos, genera una profunda limpieza del medio interno. De ese modo podemos recuperar la vitalidad, la plenitud y la energía perdidas.
– ¿Qué provoca una mala alimentación?
– El ensuciamiento crónico, un fenómeno de las últimas décadas, generado por nuestra antinatural forma de alimentarnos y nuestro total olvido del mantenimiento depurativo. El problema comienza cuando los alimentos que ingerimos no están adaptados a nuestra fisiología. Entonces, la digestión es insuficiente, la flora se desequilibra, se genera putrefacción, inflamación y enlentecimiento del bolo alimenticio. Esta combinación genera un peligroso incremento de la permeabilidad intestinal, lo cual permite que gran cantidad de macromoléculas alimentarias y bacterianas, atraviesen fácilmente la delgada mucosa intestinal. De ese modo, gran cantidad de sustancias inconvenientes (incluidos huevos de parásitos) se vuelcan rápidamente al flujo sanguíneo, generándose graves problemas ulteriores, como el colapso hepático, las nuevas parasitosis y el “tilde” del sistema inmune.
– ¿Cómo hacer un cambio y que sea exitoso?
– Es importante comenzar un profundo trabajo depurativo, que prevea la limpieza de los órganos colapsados (lavaje intestinal, depuración hepática profunda, limpieza renal), desparasitado (algo esencial), depuración de los fluidos (sangre, linfa) y un reposo digestivo (un día a la semana, sólo frutas). A su vez, debemos identificar los alimentos “ensuciantes” para descartarlos de la dieta, al menos hasta haber superado la crisis. Al mismo tiempo debemos comenzar a utilizar alimentos más genuinos y mejor adaptados a nuestra natural capacidad digestiva (semillas, frutas, hortalizas; lo más crudo posible). La clave es “limpiar y no ensuciar”.
– ¿Qué implican los procesos depurativos? ¿Hay que hacerlos de forma guiada por especialistas?
– Para que no haya errores, indicamos protocolos de autogestión casera, muy claros y sencillos de llevar adelante. Recomendamos técnicas y elementos sin riesgo, sin contra indicaciones y sin efectos secundarios. La limpieza hepática profunda es un ejemplo; siendo la práctica clave para destrabar la función del hígado, se resuelve con manzanas, sulfato de magnesio, aceite de oliva y pomelo. Lo importante es que las personas vean todo integrado y no como piezas sueltas a usar aisladamente. Si uno usa alimentos vivos, con gran poder disolvente de la toxemia crónica, al mismo tiempo tiene que limpiar los órganos de eliminación, para que los desechos puedan circular y abandonar rápido el organismo, evitando así mayores crisis depurativas.
– ¿Por qué los procesados, azúcares, carnes y lácteos son desaconsejados?
– Si los azúcares vienen de vegetales sin procesar (frutas, hortalizas) no son un problema. El problema viene del procesamiento industrial. Nuestro diseño frugívoro no está previsto para la proteína animal. Podemos adaptarnos a la proteína animal, pero el precio a pagar es demasiado alto (problemas cardiovasculares, tiroidismo, diabetes, esclerosis múltiple, cáncer, etc). Y si fuese porque no hay otra opción, como le ocurría a nuestros antepasados, vaya y pase. Pero habiendo otras opciones alimentarias, fisiológicas y con menor impacto ambiental, tiene poco sentido persistir en una supervivencia gravosa. Por su parte la leche adiciona dos problemas, la reacción alérgica y la formación de moco a causa de la caseína.
– ¿Cuál es la importancia de la introducción de la clorofila en la alimentación?
– Por su estructura molecular se la llama “sangre verde”. Es la causa de la riqueza en magnesio de los vegetales y en especial de las hojas verdes, es estructuralmente similar a la hemoporfirina, precursor de la hemoglobina, responsable del transporte de oxígeno en la sangre y cuya deficiencia se asocia a anemia. La clorofila posee efecto antianémico, por su capacidad de generar plasma sanguíneo con gran eficiencia. Otros efectos benéficos son: aporte de oxígeno al medio celular, efecto antiparasitario y elevado potencial depurativo (es la base de efectivas curas desintoxicantes).
– Hay quienes dicen que este tipo de alimentación no garantiza todos los nutrientes que el organismo necesita ¿Qué considera al respecto?
– Más allá de polémicas y discusiones, la verdad está en la experiencia. Hasta 1992 venía como todos, comiendo cualquier cosa, con sobrepeso (100 kg), estresado, sin energía, desmineralizado, agobiado, contracturado, con desmayos y dije “basta”. Empecé a investigar (no sabía nada del tema) y comencé a experimentar técnicas depurativas, ayunos frutales, cambios alimentarios? En poco tiempo recobré la salud, recuperé mi peso fisiológico (bajé 40 kg), volvió la energía, la plenitud… Estos resultados, me impulsaron a compartir con los demás. Y todo el tiempo vemos la recuperación, la sanación, la regeneración y la plenitud de quienes practican el proceso depurativo. Incluso en climas adversos, personas de exigencias físicas extremas o en situaciones desahuciadas (cáncer terminal, esclerosis múltiple, autismo, Parkinson, etc).
– ¿Cómo se transita esta forma de vida en oposición a un mundo globalizado que, por otro lado exacerba el consumismo de lo envasado, rápido, las calorías vacías?
– Esto forma parte de una toma de consciencia que lleva a hacernos responsables de nuestra salud y de nuestra calidad de vida. Cuando dejamos nuestra calidad de vida en manos de terceros, nos damos cuenta con el tiempo que eso termina mal. Y justamente las personas que están cada vez peor con intervencionismo y fármacos, son quienes buscan esta alternativa que genera una sanación profunda y en todos los niveles. Porque las enfermedades se dan en todos los niveles (físico, mental, emocional y espiritual). Protagonizando esta toma de consciencia, las personas pueden experimentar un salto cuántico en su salud y en su calidad de vida.
Talleres en Mar del Plata
Néstor Palmetti dará una charla abierta mañana a las 14 en el nivel cines del Shopping Los Gallegos. El sábado 18 a partir de las 15 dictará el Taller Creando Futuro Consciente que dura 4 horas y el domingo 19 desde las 12 y hasta las 21 otro taller, superintensivo de Alimentación Depurativa y de Cocina sin Cocina. Para mayores informes pueden comunicarse al 154-477306.